“Vamos a tener pérdidas este año y posiblemente también el que viene, pero hay que verlo como una inversión”, señala Xavier Mitats (Barcelona, 1958), socio fundador del grupo restaurador Esencia. Mitats, antiguo socio de El Tragaluz, que vendió su participación el pasado verano, con la entrada del fondo de inversión Miura y se puso a construir un grupo de restauración a partir del restaurante Agua, que quedó fuera de la operación con Miura.
Mitats creó el Grupo Esencia, y encomendó la dirección a su tercer hijo Guillem. En noviembre abrieron Tierra, en el mercado del Ninot de Barcelona, y tenían a punto para abrir el tercer restaurante, Brisa, en el Palau de Mar... La Covid-19 ha sido como un maremoto que ha arrasado todos los planes. “Cerramos Tierra con el confinamiento y como está dentro del mercado no lo hemos podido reabrir. Brisa lo hemos abierto hace unos días... aunque a medio gas. La facturación es apenas el 25% de nuestras previsiones. O de la facturación del año pasado, en el Agua”.
El grupo invirtió 4,5 millones en abrir Tierra y Brisa y tenía previsto facturar 12 millones este año con sus tres locales
Mitats ya tuvo la experiencia de aterrizar en un tsunami en la anterior crisis: fichó por Astroc, la inmobiliaria de Enrique Bañuelos, en el 2006, para dirigir su expansión en Brasil. “Nadie podía imaginar que llegaría un evento como la quiebra de Lehman Brothers que arrasaría las finanzas mundiales”. Ahora, destaca, los gobiernos están haciendo que la situación sea mucho mejor, “con los ERTE y los créditos ICO para financiar las pérdidas”. Así, Esencia, que habría de tener unos 120 trabajadores, apenas tiene 45 trabajando, con otros tantos en ERTE y otros que no se han llegado a contratar.“Los empresarios hemos de hacer un esfuerzo por abrir, por mantener la ciudad viva. Hay zonas enteras que si se deterioran no arrancarán nunca”.
Mitats empezó su carrera profesional como economista y auditor. Tras Arthur Andersen (“la mejor escuela de la profesión”) fue cofundador de Arraut y Asociados (“Javier es una de las personas que más he aprendido en la vida”) y posteriormente, en 1998 funda con Carlos Puig de Travy una firma de consultoría y auditoría que fue el embrión de lo que hoy es la filial española de Crowe Horwath Internacional.
Paralelamente, sin embargo, empieza en el sector del ocio y la restauración. “Rosa Esteva y Tomás Tarruella, los fundadores de El Tragaluz, eran clientes de Arnaut, y me propusieron asociarme con ellos en Agua”, explica. En 1998 impulsa un proyecto turístico en Cuba con el grupo francés Macumba y el Grupo Giró y en esos años empieza a colaborar con el Tragaluz, aportando socios para abrir restaurantes como Negro o Bestial. También también en Brasil, cuando dirigía la filial de Quabit, abrió un restaurante, que aún gestiona, en Fortaleza.
“Me viene de familia”, reconoce: su padre lanzó Virmit, una compañía que vendía y exportaba maquinaria para el textil, que luego dirigió su hermano.
“La restauración es un negocio muy agradecido. La gente disfruta, ríe... Y en los años 90 también tenía mucho margen, más beneficios que glamour”. La situación es más difícil hoy para el sector: costes crecientes de alquileres, salarios y materias primas, que no pueden repercutirse en el precio. “La gente quiere cenar por 30 o 40 euros... como hace veinte años”. Por eso, reconoce ser un grupo ayuda: crea sinergias administrativas, con los proveedores y comerciales, por la confianza que da la marca. Esencia preveía facturar 12 millones en el 2021 y seguir sumando locales, unos hitos que se retrasarán. “Nuestra prioridad es consolidar los dos nuevos restaurantes”, en los que la firma ha invertido 4,5 millones de euros.
Esencia participa también en el restaurante del Club de Tenis Barcelona, que gestionan Gonzalo Ros y Carles Vera. “Yo soy del Club de tenis Llafranc. Me encanta el tenis. Y en un país que tiene a Nadal es imposible que haya gente a la que no le guste”.
Web: https://www.somosesencia.es
Instagram: somosesencia.es
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