Barraca Barcelona: arroces a la brasa y sabor mediterráneo frente al mar
En Barraca, cada visita es una celebración del Mediterráneo.

En Barraca, cada visita es una celebración del Mediterráneo. Situado en primera línea de la playa de la Barceloneta, este restaurante se ha consolidado como un referente para quienes buscan la unión perfecta entre producto local, tradición marinera y un entorno privilegiado. Sus amplios ventanales abren el interior hacia el mar y la terraza, sobre el Paseo Marítimo, permite vivir la ciudad con la mirada puesta en el horizonte. Con la incorporación de un espacio dedicado a la brasa, Barraca suma una nueva dimensión a su propuesta culinaria. El fuego y la leña enriquecen los sabores y convierten cada plato en una experiencia que mantiene la autenticidad como esencia.

La fuerza del fuego en los arroces
El arroz siempre ha sido el centro de la cocina de Barraca. Aquí se respeta el sofrito, se cuida el fumet y se entiende el punto de cocción como un oficio. La brasa añade ahora un carácter distinto: matices ahumados, aromas más profundos y una personalidad que transforma la receta en algo irrepetible.
En la carta destacan el arroz de pulpo a la brasa, aromatizado sobre sarmientos y ya considerado un imprescindible; el arroz de ternera con tuétano y pimientos del piquillo confitados, de sabor intenso y redondo; o el arroz de calamar y gambas, clásico del Mediterráneo que gana fuerza con el contacto del fuego directo.

La brasa más allá del arroz
La técnica no se queda en los arroces. También está presente en otros platos que ganan cuerpo y carácter al pasar por la leña. Las navajas con reducción de mostaza y piñones, los chipirones a la andaluza, las almejas en salsa verde o las sardinas frescas se benefician del aroma a humo y del crujido inconfundible del fuego vivo. Son sabores que remiten a la cocina marinera más honesta, trabajada aquí con un estilo propio.
Al lado de estas novedades permanecen recetas ya clásicas de la casa, como el rodaballo al pil-pil con patata panadera o la lubina a la donostiarra, que encuentran en la brasa un acompañante perfecto sin perder su esencia.

El ambiente que te gusta frente al Mediterráneo
La transformación de la cocina se percibe también en el espacio. Barraca mantiene su estilo mediterráneo con interiores luminosos, maderas claras y un ambiente acogedor. La cocina abierta y la zona de brasas visibles permiten que los comensales formen parte del proceso: ver el fuego, escuchar el chisporroteo y dejarse envolver por el aroma a leña convierte cada comida en una experiencia que va más allá del plato.
La terraza sigue siendo uno de los rincones más buscados de la Barceloneta. Sentarse allí a disfrutar de un arroz con la playa a unos metros y la brisa del mar de fondo es un lujo sencillo que explica por qué Barraca se ha vuelto imprescindible.
Una carta amplia para todos los gustos
Aunque la brasa y los arroces concentran el protagonismo, la carta ofrece mucho más. Tapas como las croquetas de bogavante caseras invitan a empezar con algo especial. Entre las carnes, destacan el entrecot de ternera de 300 gramos y la hamburguesa de picaña con queso cheddar, pensadas para quienes buscan sabores más potentes. Para alargar la sobremesa, la barra de cócteles añade un toque actual y desenfadado que encaja con el espíritu mediterráneo del lugar.

Reconocimiento y autenticidad
La apuesta por la brasa ha tenido eco también fuera del restaurante. Barraca ha sido reconocida como una de las mejores arrocerías de Barcelona y su arroz de pulpo a la brasa ha recibido elogios como “plato estrella” en televisión. Son distinciones que confirman lo que los clientes perciben cada día: que en Barraca se come bien, se respira Mediterráneo y se disfruta de una propuesta gastronómica honesta, con identidad y carácter.
El Mediterráneo, ahora con aroma a leña
Barraca sigue siendo ese rincón esencial de la Barceloneta donde el mar marca el ritmo y la mesa se convierte en punto de encuentro. La llegada de la brasa ha sumado intensidad y nuevas posibilidades, sin alterar la autenticidad que lo convirtió en un clásico. El humo potencia el sabor, la leña aporta matices y los nuevos platos invitan a mirar el Mediterráneo desde otra perspectiva.
Aquí seguimos haciendo lo que mejor sabemos: ofrecer una experiencia única, con el mar en cada plato y el calor inconfundible del fuego como nuevo aliado.